Las actividades que se realizan en la vida diaria se deben presentar en una planificación, organización y ser procesadas por el sistema nervioso central, este proceso le corresponde realizarlo a una función cognitiva llamada funciones ejecutivas, que presenta una relación muy cercana al lóbulo pre frontal. Trujillo & Pineda (2008) han brindado una definición de las funciones ejecutivas como un conjunto de habilidades cognitivas, emocionales y motivacionales. Cada actividad que se emprende a realizar debe ser procesada por las funciones ejecutivas, permitiendo un adecuado procesamiento de la información para planificar, estructurar y brindar una ejecución, que se lleva al cumplimiento de un objetivo propuesto.
La actividad ejecutiva presenta como meta el procesamiento de la información proveniente del ambiente social para generar de manera progresiva salidas reguladas de conducta organizada. La interacción que se genera con lo que se encuentra en su alrededor le brinda al individuo bases necesarias para organizar una estructura que le permitan un control de sus conductas.
En el desarrollo de la interacción social, se encuentra algo particular y fundamental llamadas reglas y normas que se empiezan a brindar desde los primeros años de vida, indicando lo adecuado e inadecuado, siendo fundamentales en la estructura para interaccionar con el entorno, establecer relaciones interpersonales y desarrollar conductas que se encuentren adaptadas en la sociedad, Trujillo & Pineda (2008) indican que el uso de las reglas es la capacidad que tiene el niño de trasladar los planes en acción, generando esta información se puede inferir que en el momento en que se le presenta las reglas y normas a los niños, adolescentes o la población en general, permiten que se desarrolle una adecuada ejecución de los diferentes planes que se pretenden lograr, alcanzando objetivos óptimos para su desarrollo y aprendizaje, fundamentales en el trascurso de su vida, permitiendo generar una organización de su estructura cognitiva.
Las funciones ejecutivas trabajan como una pirámide por jerarquía, en la medida que se empieza a fortalecer los diferentes procesos cognitivos, como la atención, memoria, percepción, permite que esta habilidad logre un desarrollo y se pueda organizar la información haciendo un adecuado proceso y almacenamiento de ella, igualmente sucede con las reglas y normas que se brindan para que la persona que las esté recibiendo las organice y se puedan ejecutar en el momento que es esperado, como brindar una conducta de acuerdo a la actividad y entorno en el que se encuentre.
Las funciones ejecutivas presentan una relación importante con el lóbulo pre frontal , recordando que es el encargado de organizar, planear, presentar un control de impulsos, realizar solución de problemas, desarrollar pensamiento estructurado y consciente; conociendo esta información se indica que las funciones ejecutivas permiten que el ser humano sea consciente de las diferentes actividades que desarrolla en su vida cotidiana, cada conducta que desarrolla el ser humano sea adecuada o inadecuada ha realizado un procesamiento; por este motivo es importante fortalecer, brindar pautas, generar estrategias que le permitan a cada ser humano la independencia y autonomía.
En el desarrollo de las funciones ejecutivas en la discapacidad cognitiva o intelectual , para generar un adecuado procesamiento de ellas, Muñoz & Tirapu (2001) propone que se fortalezcan de la siguiente manera a) graduar la complejidad de las tareas, b) dividir las tareas en sus distintos componentes, c) impartir instrucciones simples y claras que ayuden a estructurar y ejecutar la tarea, d) utilizar recursos que sean más accesibles, e) plantear actividades que puedan llevarse a cabo en el entorno natural. Para realizar una tarea o lograr que el aprendizaje resulte más efectivo y se pueda lograr un objetivo realizando un adecuado almacenamiento de la información es importante conocer la tarea que se pretende desarrollar, verificar la complejidad, conocer las habilidades y capacidades de la persona en la cual queremos cumplir un objetivo.
Es importante brindar herramientas que permitan organizar la información, desde lo más simple, básico hasta lo más complejo para hacer un adecuado procesamiento , generando y activando los diferentes dispositivos básicos de aprendizaje, de conducta, emociones , logrando la independencia, autonomía , permitiendo que se puedan establecer toma de decisiones, ser flexibles en el momento en que se encuentre en determinada situación y reconocer e identificar las posibles soluciones cuando se encuentra en un problema.
Las funciones ejecutivas se encuentran en todos nuestros procesos de la vida diaria, permitiendo que se logre procesar la información de una forma organizada, para desarrollar una adecuada interacción social y potencializar los procesos en la adquisición de nuevos aprendizajes, de acuerdo a las capacidades y habilidades que presenta cada ser humano, logrando ejecutar tareas que le permitan ser conscientes y presentar una autonomía en las diferente situaciones en las que se encuentra.
Articulo realizado por la Psicóloga Daniela Monsalve.
BIBLIOGRAFIA.
Muñoz & Tirapu. Rehabilitación neuropsicológica. Madrid: Editorial Síntesis S.A, 2001.
Trujillo & Pineda (2008) Función ejecutiva en la investigación de los trastornos del comportamiento del niño y del adolescente. Revista neuropsicología, neuropsiquiatría y neurociencias, Vol.8, No.1, pp. 77-94
Verdejo & Bechara (2010) Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Psicothem, Vol. 22, nº 2, pp. 227-235