Las infecciones del aparato respiratorio son afecciones que afectan a las vías respiratorias. Entre ellas se encuentran las infecciones agudas que afectan a las vías respiratorias inferiores y los pulmones, como la neumonía y la gripe, que figuran entre las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Los estudios de observación informan asociaciones independientes consistentes entre las bajas concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D (el principal metabolito circulante de la vitamina D) y susceptibilidad a la infección aguda del tracto respiratorio.
La 25-hidroxivitamina D apoya la inducción de péptidos antimicrobianos en respuesta a estímulos virales y bacterianos, sugiriendo un mecanismo potencial por el cual la vitamina D podría ofrecer protección contra patógenos respiratorios. Aunque no se puede afirmar que la vitamina D previene el Covid-19, sí es cierto que esta sustancia esencial en los niveles adecuados, tiene muchísimas propiedades beneficiosas para el organismo. Entre ellas, el refuerzo del sistema inmunitario, logrando que los glóbulos blancos maduren antes, de ahí que sea muy beneficiosa para los procesos infecciosos por hongos, virus o bacterias.
¿Dónde se encuentra la vitamina D?
Dado que la vitamina D necesita de la radiación ultravioleta del sol para su activación, lo primero que se recomienda es la exposición a la luz solar durante aproximadamente 20 minutos diarios y, si no es posible al aire libre, al menos, estar cerca de una ventana sin protección solar (su uso disminuye la protección de vitamina D).
Para mantener unos “niveles adecuados podemos ingerir alimentos que sean ricos en vitamina D como pueden ser los huevos, los lácteos, el aguacate, el pescado azul (fundamentalmente salmón, caballa, atún y sardinas), los hongos y las setas como los champiñones, pero sin sobrepasar las cantidades recomendadas para no producir otros problemas para la salud, especialmente en personas con obesidad. La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelve en grasas, y lo mismo que otras vitaminas como la A, E y K.
Esto las hace tóxicas cuando se toman en exceso porque no se eliminan por la orina como lo hacen el resto de vitaminas que son hidrosolubles. Por eso un exceso de vitamina C no suele producir complicaciones, mientras que uno de vitamina D, sí.
“Como suele ser habitual en la ciencia médica no hay estudios completamente concluyentes, y estos suelen terminar en ‘hacen falta más estudios’ para plantear una dosis más alta de vitamina D que la recomendada. Pero, una cosa sí es cierta, y es que los casos de deficiencia de vitamina D tienen más predisposición a las infecciones respiratorias”
Con todo ello, y para evitar la entrada de virus y bacterias en el organismo, más en estos días de pandemia por COVID-19, el cuerpo cuenta con un sistema defensivo que hay que entrenar con una buena alimentación, que también puede lograrse gracias a otros componentes alimenticios como los probióticos, la vitamina C, el zinc, y el selenio.
La vitamina D, el zinc, y el selenio están en gran cantidad en los huevos, por lo que es un alimento fundamental frente a las infecciones.
Fuentes tomadas para esta información:
https://www.efesalud.com/vitamina-d-confinamiento-salud-prevencion/https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=95900https://neolifeclinic.com/blog/revision-bibliografica-los-suplementos-de-vitamina-d-ayudan-a-prevenir-las-infecciones-respiratorias/