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Importancia de la Terapia Física en la etapas iniciales del Párkinson

22 abril, 2021

La enfermedad de Parkinson es una patología neurológica degenerativa que compromete principalmente la habilidad del cerebro para controlar los movimientos del cuerpo.

Actualmente no tiene cura, pero se puede retrasar la aparición de los signos o pueden ser controlados en caso de que ya se hayan manifestado, gracias a la neurología y a determinados tratamientos fisioterapéuticos. Como se trata de una enfermedad que afecta a la función motora, los síntomas más evidentes son aquellos relacionados con la capacidad de movimiento, por ejemplo:

Temblor cuando se está en reposo.

Presente en alrededor de un 70% de los pacientes. Se presenta de forma característica durante el reposo, ya que desaparece al adoptar una postura o al ejecutar una acción. Afecta sobre todo a las extremidades superiores y con menor frecuencia a las extremidades inferiores, labios, lengua, mentón…. El temblor de la cabeza es raro en la Enfermedad de Párkinson. Como sucede con todos los temblores, empeora con el cansancio, la ansiedad y los fármacos estimulantes del sistema nervioso. Durante el día varía la intensidad y amplitud del temblor, y desaparece durante el sueño. Es importante señalar que hay muchas causas de temblor y que no todas las personas con temblor padecen Párkinson.

Bradicinesia.

Es la ralentización de movimientos que dificultan la realización de tareas cotidianas. Se manifiesta desde las fases iniciales de la enfermedad con actividades que requieren cierta habilidad o precisión como escribir, coser, afeitarse, etc. Sin embargo y a medida que avanza la enfermedad, se puede hacer más evidente y aparecer en actividades de menos precisión como abrocharse un botón o pelar una fruta.

Rigidez

Consiste en la resistencia a la realización del movimiento pasivo, tanto flexor como extensor de las extremidades. Al principio puede no ser advertida por el enfermo como tal y referir exclusivamente dolor a nivel de cuello, espalda u hombros o incluso calambres musculares debidos a la postura estática y flexionada de las articulaciones. Esta rigidez suele ser más evidente en las zonas distales de las extremidades (tobillo y muñeca) aunque también se observa en zonas intermedias (como codos o rodillas).

 

Trastornos Posturales

Pueden ser iniciales, aunque lo habitual es que aparezcan en las fases avanzadas del proceso. La postura más común del paciente tiende a la flexión del tronco, de la cabeza y de las cuatro extremidades. La marcha también se altera, con tendencia a la propulsión y a realizar pasos cortos. En periodos avanzados de la enfermedad, el paciente puede presentar bloqueos de la marcha con pasos pequeños sin apenas desplazamiento y con una gran inestabilidad para girar. Estos bloqueos de la marcha pueden dar lugar fácilmente a caídas. Los trastornos posturales y de la marcha aumentan en los lugares estrechos (pasillos, umbrales de las puertas) y mejoran en los amplios y poco concurridos.

También pueden presentarse otros síntomas no relacionados al movimiento como las alteraciones del sueño, la depresión, la pérdida de memoria (demencia por enfermedad de Párkinson) y la dificultad en el habla.

Es por esto que la Terapia física (profesión encargada del movimiento corporal humano), es de gran importancia para tratar la enfermedad de Párkinson, ya sea principalmente en sus fases iniciales, para lograr retrasar la progresión de los signos motores, o a largo plazo para mantenerlos y/o mejorarlos, además la rehabilitación oportuna, permite mayor grado de autonomía para realizar actividades cotidianas que impliquen movilidad (levantarse, asearse, vestirse, pasear). 

La fisioterapia igualmente ayuda a rehabilitar la marcha, superar bloqueos, facilitar los cambios posturales, mantener la amplitud de movimiento, la elasticidad muscular, y disminuir las molestias físicas de otros síntomas que aparecen con la evolución de esta enfermedad.

Es muy recomendable iniciar el proceso de rehabilitación lo más pronto posible luego de haber sido diagnosticada la enfermedad y más en los tiempos de pandemia que se viven actualmente, donde se suele excluir la vida social y la actividad física, lo que lleva a la inmovilidad, que es uno de los detonantes principales para generar las alteraciones físicas. Además, se sugiere realizar actividad física en casa con regularidad para generar estímulos constantes que evitan secuelas más graves en el movimiento y/o la salud en general. Algunos ejercicios que se pueden realizar son: 

 

Para tener en cuenta:

  • Hacer 3 series con las repeticiones especificadas en cada uno de ellos, con un descanso aproximado de un minuto entre serie. 
  • Deben tener siempre en cuenta la conciencia respiratoria a la hora de realizar cualquier ejercicio 
  •  Todos los ejercicios se deben realizar cuidando la postura, por lo que se recomienda hacerlos frente a un espejo o en compañía de una persona, para realizar cada movimiento correctamente. 
  • Se puede agregar peso adicional si se cuenta en casa con implementos como theraband, mancuernas, entre otros. 
  • Las repeticiones y series se pueden ir aumentando a medida que las capacidades físicas vayan aumentando también y no se genere una fatiga excesiva.
  • Tener en cuenta siempre la hidratación al momento de estar realizando la rutina de actividad física

Recuerda por favor:

¡Si necesitas ayuda profesional, en CANI contamos con un programa de Neurorrehabilitación integral para la enfermedad de Parkinson, en el cual trabajamos de manera transdisciplinar desde las áreas de neurología, neuropsicología, fisioterapia, terapia ocupacional y fonoaudiología! 

 

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