En los trastornos del espectro autista (TEA) no solo se evidencian alteraciones en temas como la comunicación, el área cognitiva – conductual y la interacción social, sino que también podemos observar según el tipo de autismo, alteraciones físicas y motoras, que consecuentemente requieren de seguimiento y tratamiento fisioterapéutico.
¿Cuál es el enfoque desde el área de Fisioterapia?
“En el equipo de tratamiento, desde la multidisciplina, nos planteamos la necesidad de incorporar al profesional de la fisioterapia.” ¿Para qué? Para intervenir en las manifestaciones clínicas vinculadas a la psicomotricidad, para potenciar la interacción entre lo somático y lo afectivo, para incidir positivamente en el desarrollo físico, y para ayudar en la distorsión que se puede tener los pacientes de TEA con respecto a la percepción de su cuerpo. La suma de las técnicas de fisioterapia y las de psicomotricidad van a permitir una mejor integración de las funciones motoras y mentales, mejorando la integridad física, cognitiva, conductual y emocional de la persona” (Cazorla González, J.J., Cornellá i, C.J, 2014, Pág. 38).
Dentro de las alteraciones que podemos observar en el área física de los pacientes del TEA:
Encontramos una apatía característica que puede llevar a la falta de interacción social y por ende a la inactividad física, posturas mal adaptadas, de difícil modificación, con escaso seguimiento instruccional o, por el contrario, extra energía manifestada en el mantenimiento de una actividad durante muchas horas, sin agotarse, pero con poca atención y alto desinterés por las cosas y las personas. En cuanto a alteraciones en el tono muscular, como espasticidad e hipotonía, es más fácil evidenciar hipotonía, aunque también puede haber espasticidad en más bajo porcentaje, sin embargo, dicha alteración suele estar asociada a escoliosis o alguna variación en la columna vertebral.
También puede encontrarse disminución o aumento de las fases de la marcha, dificultad en su equilibrio, propiocepción, coordinación, motricidad gruesa y fina, lo que puede llevar que en su vida diaria el paciente no logre realizar actividades básicas como desplazarse con independencia, vestirse, escribir, subir y bajar escaleras.
Pasar por terrenos inestables, realizar movimientos en general que requieran sincronía y estructura, por último, y muy común en la mayoría de los pacientes, se puede evidenciar movimientos estereotipados muy marcados y muy característicos de ellos, como balanceos, saltos, movimientos con las manos, tics, entre otros, lo que les permite expresar sus emociones y sentir placer, relajación o calma corporal.
Es importante, de igual manera, indagar con la familia qué tipos de fármacos toma el paciente, teniendo en cuenta que alguno de ellos como efectos secundarios, podría desencadenar trastornos de la motricidad, provocando rigidez, temblores, disquinesias, entre otros signos. Además, tener en cuenta, que cualquier alteración motora de no tratarse, puede llevar a aumentar su falta de interacción social y crecer cada día más hasta llegar a la inmovilidad.
Para resumir las experiencias y vivencias del día a día con las intervenciones terapéuticas desde el área de fisioterapia, estas se realizan de forma muy dinámica, individual y grupal:
Dentro de estas intervenciones terapéuticas, sé utiliza material lúdico y especializado del área y de acuerdo a la necesidad del paciente. No obstante, cabe resaltar, que dichas intervenciones se deben recibir entre 2 y 5 veces a la semana. Regularmente, los objetivos están enfocados a mejorar su marcha, equilibrio, propiocepción, postura, esquema corporal, fuerza muscular, tono muscular, psicomotricidad, capacidad aeróbica, movilidad articular, flexibilidad, patrones básicos del movimiento, coordinación óculo manual y óculo pedal, percepción vestibular, táctil, sensibilidad, estimulación motriz, sensorial, relajación física y emocional, y secundariamente trabajar áreas como la cognitiva (atención, memoria, seguimiento instruccional), la comunicación, la interacción social, entre otras.
Artículo realizado por:
(Adaptado por Linda Tatiana García – Fisioterapeuta CANI)
REFERENCIAS
- Cazorla González, J.J., Cornellá i, C.J. The possibilities of physical therapy in the multidisciplinary treatment of autism [Article@Las posibilidades de la fisioterapia en el tratamiento multidisciplinar del autismo] (2014) Pediatría de Atención Primaria, 16 (61), pp. e37-e46. Cited 3 times.
- Canal Bedia, R., García Primo, P., Touriño Aguilera, E., Santos Borgujo, J., Martín Cilleros, M. V., Ferrari, M. J., Martínez Velarte, M., Guisuraga Fernández, Z., Boada Muñoz, L., Francisco, R., Franco Martín, M., Fuentes Biggi, J., & Posada De La Paz, M. (2006). La detección precoz del autismo. Intervención Psicosocial, 15(1), 29–47. https://doi.org/10.4321/s1132-05592006000100003.