604 501 8633 | 604 501 8688

SALUD MENTAL Y ACTIVIDAD FISICA

23 octubre, 2020

El estado de bienestar de un ser humano está compuesto principalmente por factores biológicos, psicológicos y sociales, los cuales interactúan constantemente para trasmitir al individuo una sensación de confort o deterioro del mismo. (Ray, 2004). Se puede afirmar entonces, que el buen desarrollo o las limitaciones presentes en estos componentes nos encamina a una perspectiva de calidad de vida (Patrick, 2007). Es allí donde la actividad física considerándose como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía” (OMS, 2010). Juega un papel fundamental en el estado de bienestar, pues relaciona las tres dimensiones por medio de experiencias y conocimientos corporales a través de nuestro entorno, pasando desde nuestra infancia hasta la vejez y abordando casi cualquier ámbito de nuestra vida (Airasca y Giardini, 2009). 

Según el Informe de Enfermedad Profesional en Colombia (2011), el sedentarismo se ha convertido en un problema de salud publica no solo en el país, sino también a nivel mundial, “La inactividad física constituye el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad en todo el mundo, se estima que es la causa principal del 21–25% de los cánceres de mama y de colon, 27% de la diabetes, y aproximadamente un 30% de las cardiopatías isquémicas” (OMS, 2010). Sin mencionar los innumerables trastornos y afecciones mentales que conlleva un estilo de vida sedentario. Es por esto que en el 2001 la OMS enfatizo en la importancia de promocionar los estilos de vida saludable, incluyendo la actividad física para favorecer la longevidad y la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables, conformando estrategias globales para prevenir múltiples enfermedades no trasmisibles (Pérez, 2014).

Diversos estudios han demostrado que la ejecución regular de actividad física con fines lúdicos, recreativos o deportivos. Generan un impacto directo en la salud física y mental, ya que se evidencia aumento del funcionamiento cognitivo, la sensación de bienestar, el estado emocional, la autoconfianza y la disminución de los niveles de ansiedad y depresión. (Fox, 1999; Marquez y Garatachea, 2013).

Además, la actividad física se considera como un aliado en la intervención de patologías como la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, ansiedad social, falta de habilidades sociales, disminución del impacto laboral, social y familiar del estrés postraumático (Goodwin, 2003; Ramírez, Vinaccia y Suárez, 2004). Así mismo, el ejercicio dinámico o de fortalecimiento de forma regular, han demostrado generar cambios significativos en los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión, experimentando sensaciones de bienestar tales como al realizar técnicas de relajación o meditación. (Bhui y Flecher, 2000).

Además, puede generar cambios estructurales permanentes en el cerebro, “un estudio realizado por Fabel y Kempermann (2008) evidenció que la actividad física, especialmente ejercida durante períodos largos de tiempo, puede indicar al cerebro una mayor probabilidad de experimentar situaciones ricas en complejidad y novedad que presumiblemente benefician el desarrollo de nuevas neuronas. A su vez, (Kemoun et al. 2010) evidenciaron que un programa de actividad física puede retrasar el deterioro cognitivo y mejorar la eficiencia en el caminar en personas de edad avanzada que sufren demencia”.

“En conjunto, hay evidencia clara de que, en comparación con los adultos menos activos, las personas que desarrollan más actividad presentan tasas menores de mortalidad, cardiopatía coronaria, hipertensión, accidente cerebrovascular, diabetes de tipo 2, síndrome metabólico, cáncer de colon, cáncer de mama y depresión para el conjunto de todas las causas. Hay también evidencia clara de que, en comparación con las personas menos activas, los adultos y personas de edad físicamente activos presentan una mejor forma física cardiorrespiratoria y muscular, una masa y composición corporal más sana, y un perfil de biomarcadores más favorable a la prevención de las enfermedades cardiovasculares y de la diabetes de tipo 2, y a una mejor salud del aparato óseo”. (OMS, 2010)
La importancia de la actividad física ha tomado mayor fuerza en los últimos tiempos, donde la salud se ha visto amenazada en gran medida por el sin número de dispositivos tecnológicos y herramientas que facilitan el trabajo, alejándonos cada vez mas del movimiento y envolviéndonos en hábitos distractores y sedentarios. Por ello es fundamental concientizar a las personas de todas las edades, acercándolos a estilos de vida saludables con estrategias de promoción y prevención, los cuales disminuyen los factores de riesgo que comienzan en la infancia y aumentan con el pasar de los años; trasladando consigo un deterioro de la calidad de vida.

Bibliografías
-Organización Mundial de la Salud (2010)
– Citación del artículo: Barbosa, S., Urrea, A. (2018). Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental: una revisión bibliográfica. Revista Katharsis, N 25, enero-junio 2018, pp.171-186.
– Manolete S. Moscoso. (diciembre, 2009). De la mente a la célula: impacto del estrés en psiconeuroinmunoendocrinologia. Universidad del Sur de Florida.
– Eliana Guzmán & Lizeth Yasno. (2015). REVISION SISTEMATICA SOBRE EL IMPACTO DE UN PROGRAMA DE ACTIVIDAD FISICA EN LA CVRS DE TRABAJADORES ADULTOS (Trabajo de grado). Universidad Santo Tomas, Colombia.

También te podría interesar