La voz se convierte en una herramienta primordial para su desempeño laboral y comunicativo; sin embargo factores emocionales, ambientales y laborales entre otros; generan un sobre esfuerzo del aparato fonatorio; que sumado a los diversos factores de riesgo predispone y genera diversidad de patologías siendo la disfonía la más relevante en la población. Con motivo de la celebración del día de las disfonías el cual se celebra el 19 de septiembre queremos sensibilizar a nuestro público acerca de esta patología.
La DISFONÍA está definida como la afectación en las cualidades de la voz, (timbre, altura e intensidad) que puede ser generado por diferentes factores, siendo eventual o episódico el cual puede ser cada vez más prolongado.
Según estudios del ministerio de salud en Colombia el 34,89% de los profesionales de la voz en edades entre 24 y 48 años han sufrido disfonías crónicas, siendo las mujeres las de mayor prevalencia. Se han realizado estudios en los que han demostrado asociación entre las ocupaciones que demandan el uso prolongado y forzado de la voz; como agentes educativos, asesores de llamadas (call center), cantantes, profesionales de la salud, asesores de servicio al cliente entre otros y la presencia de síntomas relacionados con trastornos de la voz.
Las causas más comunes asociadas a las disfonías son la hiperfunción vocal, habla excesiva, gritar, cantar con técnica inadecuada, Alergias que afectan el sistema respiratorio, consumo de alcohol o tabaco; Reflujo gastroesofágico; Inhalación de sustancias irritantes, postura inadecuada, estrés, alteraciones endocrinas, entre otras.
Generando sensación de dolor al hablar, voz ronca o áspera, carraspeo constante y propiciando un mayor esfuerzo para expresarse, incoordinación fono respiratoria. Lo cual repercute en el aislamiento social e inseguridad para comunicarse.
En la mayoría de los casos el pronóstico es positivo si se corrigen los malos hábitos, se evitan o disminuyen los factores causantes de las disfonías y si se sigue el tratamiento adecuado el cual será dependiendo de características propias. Algunas estrategias que ayudan son:
- No carraspee, ni tosa habitualmente. – se recomienda el que: Bostece, para relajar la garganta. Trague lentamente y beba un poco de agua.
- Disminuir los gritos
- Evite hablar de manera prolongada a larga distancia y en el exterior
- No hable con voz monótona de tono bajo. Mantenga una voz alimentada por el flujo respiratorio, de manera que el tono se mantenga, varíe y suene bien. Permita una variación del tono vocal mientras habla.
- Mantenga un estilo de vida y un entorno saludable.
- Disminuya la exposición a contaminación excesiva y a productos deshidratantes: humo de cigarrillos, humos químicos, alcohol, cafeína, aire seco. – Mantenga el aire limpio y humedecido: beba 8 a 10 vasos de agua al día y más si realiza ejercicios o toma alcohol o bebidas con cafeína. Mantenga una humedad del aire del 30%.
- No ande con el cuerpo encorvado, o posturas inadecuadas.
- Coma una dieta balanceada incluyendo vegetales, frutas y granos enteros, etc.
En el tratamiento también se recomienda valoración por un otorrino y fonoaudiólogo o terapeuta de la voz que permitan valorar a fondo condiciones particulares y generar estrategias propias permitiendo una mejor interacción en los diferentes contextos.
Documento de referencia:
Reyes Gutiérrez Martha. (2016). Prevalencia de los trastornos de voz ocupacionales en los docentes de dos instituciones educativas de nivel superior en Colombia [PDF] Articulo ASOFONO 58(63). 1- 8 Recuperado
https://asofono.co/wp-content/uploads/2016/09/ICOV_p58-63_Reyes_Prevalencia.pdf
