En la actualidad la depresión se ha convertido en un trastorno del estado de ánimo frecuente, una de cada seis personas de la población, en algún momento en el curso de sus vidas sufrirán de este trastorno, siendo la segunda principal causa de incapacidad, a nivel mundial, apenas superada por las enfermedades cardiacas (Pezo, Costa & Komura,2004).
La depresión es multifactorial, no se conoce con exactitud su génesis, pero se puede indicar que tiene una carga biológica-hereditaria, un individuo que presenta antecedentes familiares, padres que han sufrido cuadros depresivos en el trascurso de la vida, tiene mayor prevalencia de padecerlo.
Participan factores biológicos, que incluyen disfunción de los circuitos de noradrenalina, serotonina y dopamina del sistema nervioso central, junto con cambios profundos en el funcionamiento del tallo cerebral, el hipotálamo y las estructuras del sistema límbico. (Orozco, Baldarez, 2012). A nivel social, las diferentes circunstancias que vivencie el individuo pueden generar que una persona presente con mayor intensidad diferentes episodios depresivos y que lo pueda padecer en cualquier momento. Según la OMS la depresión es la principal causa de discapacidad. La OMS advierte que una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, y este número aumentará si concurren otros factores como enfermedades médicas o situaciones de estrés. (Orozco, Baldarez, 2012).
Síntomas principales (>/= 1 requerido para el diagnóstico):
• Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día
• Anhedonia o marcada disminución del interés o placer en casi todas las actividades
• Pérdida de peso clínicamente significativa o aumento o disminución en el apetito.
• Insomnio o hipersomnia
• Agitación o retardo psicomotor.
• Fatiga o pérdida de energía.
• Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados
• Capacidad disminuida para pensar, o concentrarse, o indecisión
• Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida
Es importante tener en cuenta que la depresión se puede presentar con diferentes intensidades, una intervención temprana, un adecuado acompañamiento familiar, utilización de hábitos saludables, pueden ser fundamentales para el tratamiento y que no se presente en un estadio mayor, brindando una mayor recuperación de la misma.
Actualmente, los tratamientos de intervención están basados en la psicoterapia, siendo relevante para realizar una reorganización de los pensamientos que están generando funcionalidad, trabajar las diferentes distorsiones cognitivas que no permiten tener una claridad y objetividad acerca de las diferentes vivencias. El tratamiento psiquiátrico en compañía de la farmacología logra ser importante para desarrollar una regulación del sistema nervioso; a pesar de diversas evidencias científicas que se tienen de la importancia de ejecutar un tratamiento psiquiátrico para la intervención de los trastornos del estado de ánimo, se enfrenta una estigmatización a nivel cultural. Las personas en ocasiones presentan vergüenza o temen a ser descubiertos que consumen medicamentos por los comentarios que le pueden hacer sus personas cercanas, no continúan las recomendaciones correctamente del tratamiento y no son activos en el cumplimiento de sus citas con el especialista, presentando pensamientos disfuncionales sobre el tratamiento, ejecutando comentarios cómo “Me siento un poco retraído”, “Estoy dopado”, “Me están drogando”, que obstaculizan un adecuado desarrollo del proceso.
¿Pueden las personas acostumbrarse a vivir con los síntomas de la depresión?
Las personas en muchas ocasiones se acostumbran a permanecer con los síntomas, o en su entorno social les indican que “Deben colocar de su parte”, “tener pensamientos positivos”, “No puede exagerar”; estos comentarios generan que no se realice una validación correcta de los síntomas y se presentan de forma tardía para iniciar un tratamiento de intervención, generando que se vuelva más crónica, haya un aumento de la sintomatología y en determinadas ocasiones genera discapacidad en la persona o realizar intentos suicidas, que pueden terminar en la muerte de quien la padece.
La depresión a nivel familiar puede generar un desgaste emocional, cognitivo y físico, es fundamental que la familia tenga acceso a psicoeducación, acerca del trastorno para brindar un mejor acompañamiento y estar en los momentos en que la persona que padece la enfermedad los necesite y ayudar en los procesos de intervención. Las capacidades que tenga la familia para reorganizarse, los factores protectores e identificación de los factores de riesgo, serán cruciales en el tratamiento, influyendo fuertemente sobre la persona que padece la enfermedad. Los síntomas de la depresión aumentan según las vivencias cotidianas, si se encuentra en un entorno que brinda situaciones de estrés, angustia es probable que la sintomatología aumente considerablemente. Los esfuerzos de la familia son vitales para el cumplimiento de los objetivos del tratamiento, puesto que las situaciones o experiencias vividas por el paciente en sus relaciones familiares ejercen una fuerte influencia sobre el origen y el curso de la enfermedad. (Blanco, 2013).
Es importante que la familia y la persona con el diagnóstico se encuentren en un espacio terapéutico que les permitan resolver los problemas que se puedan estar presentando en su entorno, disminuir las situaciones de estrés, angustia y hacer una correcta validación del diagnóstico, eliminando la estigmatización que puedan tener sobre el mismo.
Se encuentra que el estigma puede estar definido como una actitud perjudicial atribuible a personas que tiene una enfermedad mental que puede resultar en prácticas discriminatorias que interactúan para crear y perpetuar desigualdades sociales, desventajas y tratamiento discriminatorio de personas que tienen un desorden mental. (Navas & Vargas, 2012).
En la actualidad, se puede indicar que la depresión se convierte en problema de salud publica en la cual todos los entes ingresan a participar activamente. El término de estigma abarca problemas de conocimiento (ignorancia), actitudes (prejuicio) y comportamiento (discriminación). (Navas & Vargas, 2012). Entre más divulgación se realice en conocimiento del diagnóstico, permitirá que las personas puedan acceder con mayor facilidad a un sistema de salud para realizar una intervención temprana. Los síntomas que pueden percibirse o interpretarse de forma “normal” pueden ser alertas para ejecutar una prevención de ingresar un estadio mayor; igualmente, cuando hay un conocimiento se puede derrumbar el estigma que se presenta por padecer un diagnóstico.
Es importante que los profesionales de la salud, se encuentren capacitados para activar las rutas de atención, independiente que sean trabajadores de la salud mental, en los ámbitos laborales, educativos, se debe fortalecer ambientes que permitan cuidar de la salud mental y se debe promover para que la población en general pueda desarrollar hábitos, actitudes que permitan el cuidado del otro y de sí mismo, para hacer una prevención de la enfermedad que se encuentra con una gran prevalencia en la actualidad.
Realizado por:
Realizado por: Daniela Monsalve – Psicóloga y Coordinadora del programa de rehabilitación integral de CANI
Referencias:
• Blanco. Afrontamiento del familiar paciente con depresión. Rev Ciencias Sociales, Humanas y Artes 2013; Vol 1, pag 46-51. Dialnet-AfrontamientoFamiliarDelPacienteConDepresion-4766799.pdf
• Pezo, Costa ]& Komura. La familia conviviendo con la depresión, Index Enferm vol.13 no.47 Granada 2004. La familia conviviendo con la depresión: de la incomprensión inicial a la búsqueda de ayuda (isciii.es)
• Orozco & Vargas Abordaje de la depresión: intervención en crisis. Revista Cúpula 2012; 26 (2): 19-3. art3.pdf (binasss.sa.cr)